¿De verdad encontraste palabras buscando el silencio?
¿O acaso fueron ellas quienes te encontraron primero?
El azul del cielo no revela nada y sólo deja conjeturar,
¿quién fue el primero que te hizo llorar?
Recuerda dar cuerda, decía tu reloj.
Lo arrojaste contra las piedras.
Y ahora tenés dos.